INSPECCIONES BOROSCÓPICAS

Las inspecciones boroscópicas son inspecciones visuales en lugares inaccesibles para el ojo humano con la ayuda de un equipo óptico, el baroscopio o endoscópio. Se desarrolló en el área industrial a raíz del éxito de las endoscopias en humanos y animales.

Este artículo está extraído del libro GUÍA 8 - MANTENIMIENTO PREDICTIVO, MANTENIMIENTO BASADO EN CONDICIÓN, de la Editorial RENOVETEC.

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El boroscopio es un dispositivo largo y delgado en forma de varilla flexible. En el interior de este tubo hay un sistema telescópico con numerosas lentes, que aportan una gran definición a la imagen. Además, está equipado con una poderosa fuente de luz.

La imagen resultante puede verse en un monitor, o ser registrada en un videograbador o una impresora para su análisis posterior.

Entre las ventajas de este tipo de inspecciones están la facilidad para la llevarla a cabo sin apenas tener que desmontar nada y la posibilidad de guardar las imágenes, para su consulta posterior.

Las boroscopias se utilizan para realizar inspecciones de motores alternativos de gas, turbina de gas, turbina de vapor, caldera, y en general, en cualquier equipo de difícil acceso cuyos fallos pueden ser observados a simple vista, pero lo que se pretende observar no está accesible con facilidad para el ojo humano, pues implica dificultad de acceso, o grandes desmontajes. Así, en los motores alternativos se utilizan para conocer el estado de las cámaras de combustión; en la turbina de gas, se utiliza para conocer el estado de la cámara de combustión, de los quemadores y de los álabes; en la turbina de vapor, se utiliza para conocer el estado de álabes; en la caldera, se emplea para detectar fallos y fugas en haces tubulares y en zonas de difícil acceso.